Por Paola Villalón
“Si la único qué la gente aprendiera fuera no tenerle miedo a su propia experiencia de vida, con eso cambiaría el mundo”
- Sydney Banks
Estamos acostumbrados a pasar gran parte de nuestra vida lidiando con problemas y situaciones que creemos y aseguramos que se dan por las circunstancias, cualesquiera que sean, ya sea relacionadas con el dinero, relaciones con las demás personas, con nosotros mismos en lo físico, laboral o hasta cosas que nos pasaron en el pasado dándole la responsabilidad a las situaciones externas, en el momento qué nos hacemos conscientes y entendemos los fundamental sobre cómo nuestra experiencia es creada momento a momento, desde nuestro interior y qué es temporal, cuánta más creatividad y libertad tendremos en la forma de vivir la vida.
Al cien por ciento nuestra experiencia de vida es creada desde dentro de nuestro sistema, sin excepción, sólo trabajamos de esta forma, ¿Qué es mirar hacia adentro? Es el espacio en el interior de la consciencia, que exíste antes de cualquier contenido de pensamiento, es eso que es previo a la formación de nuestra experiencia, a lo que podemos denominar lo desconocido, lo más puro. Es tocar el espacio sereno en donde la sabiduría puede penetrar hacia la consciencia humana, es un espacio de paz y tranquilidad.
Darnos por lo menos 5 minutos al día para dejar el ruido mental al que estamos acostumbrados y “observar” en silencio cualquier cosa de la naturaleza, una flor, el cielo, un árbol, un perro, etc., abre un espacio inmenso qué disfrutar.
La experiencia de vida de cualquier persona se rige con los principios fundamentales verdaderos que son: La Mente universal, la Consciencia y el principio de Pensamiento, no su contenido sino el hecho de que pensamos, estos tres se entrelazan en todo momento y crea nuestra realidad de vida, aunque en la mayoría de los casos no nos damos cuenta y nos tropezamos con mal entendidos lo cual hace que nuestra vida no la disfrutemos en plenitud.
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