top of page
Foto del escritorEcléctica colectivo multidisciplinario

El alcohol y las drogas, un camino equivocado


Por Mon Rodrigo

Me fugué en un tren sin control que no volverá

Camino equivocado en una carretera de un solo sentido

Camino de vías equivocado

Como puedo ir de un lado a otro

No estoy ni aquí, ni allá.

Fragmentos de Runaway Train Soul Aslyn


Mi medio de transporte favorito es el tren, con perdón del barco que también es la neta. En mi viaje de mochilero por Europa recorrí miles de kilómetros, interminables horas en ese medio de trasporte. Vi paisajes hermosos, conocí gente muy interesante e importante en mi vida, fue el techo que me cobijo muchas noches, tuve romances ocasionales e hice buenos amigos.


Cada estación significaba una nueva aventura y un adiós, por lo vivido y aprendido en ese pequeño pueblo o esa emblemática ciudad, dejaba atrás un amor, amigos o lecciones aprendidas para comenzar nuevas experiencias. Implicaba un cambio constante.


En un principio fue así con cada borrachera, nuevos amigos, complicidad con los de antaño, novias formales de un dia, romances cortos y largos, anécdotas, risas. Mientras más sórdida y bizarra fuera la pulquería, la cantina o el antro, más interesante hacía el día.

La pequeña travesura ocasional, se volvió un hábito y ese a su vez, se convirtió en un vicio. Yo empecé tarde a beber y acabé temprano, por mi devoción por los fermentados y destilados. Más tardes empecé a buscar nuevas formas de viajar y alterar mis sentidos. Curiosidad algunas veces, otra fueron las ganas de aprender cosas diferentes. Vivir la experiencia leída o escuchada fue una más de las razones.


Te llamo en medio de la noche

Como una luciérnaga sin su luz

Ahí estabas como una hoguera ardiendo

Yo era una llave que necesitaba ser girada.

Fueron varias las advertencias recibidas. Muchas, las pérdidas. Me aterraba no acordarme qué había pasado en dia anterior. Las crudas fueron en aumento. El vacío creció. Deseaba cambiar, pero no podía.

Estaba tan cansado que no podía ni dormir

Con mis secretos que no podía esconder

Me prometí que no lloraría

Fue otra promesa que no pude cumplir

Parece que nadie puede ayudarme

Estoy demasiado en lo profundo.

No hay salida, me dejé vencer por mí mismo.


Por un tiempo pude engañar a los demás, pero a mí no. Al paso de los días fue evidente que la gente a mí alrededor, se dio cuenta de mi problema con el alcohol y eso que no veían ni la mitad de lo que realmente tomaba. Llegué a desayudar un toque, una línea y una cuba al buen despertar, todos los días. Beber a escondidas o públicamente a todas horas, en el trabajo o fuera de él.


Intentos fallidos para dejar de beber, hubo muchos. Cada año nuevo, cada cambio de trabajo, cada nueva temporada de futbol, cada semestre de estudio o cada cambio de ciudad, empezaba bien para acabar siempre en lo mismo.

Lloré en silencio cientos de veces, solo. Prometiéndome que nunca más, que solo tomaría ese trago que whisky que tenía escondido en mi cuarto y ya, para amanecer con una cruda física y moral tan grande que solo un trago podía alivianar, no podía pensar en otra cosa hasta conseguir estabilizarme.


Me volví cínico, me auto engañé de mil formas, la desesperanza y las constantes depresiones llegaron a mi vida, sangre por todos los orificios de mi cuerpo. Me enferme de rino faringitis, bronquitis, gastritis y colitis al mismo tiempo. Legue a pensar que no había remedio.

Como puedo ir de un lado a otro

Y no estoy ni aquí ni alla

¿Me dirás como puedo sonreír?

Dime si algo tiene algún sentido

Dios como me llegue a saturar de este engañoso mundo

El misterio de la vida está disperso

Yo puedo ir a donde nadie irá

Yo sé lo que nadie sabrá

Aquí estoy ahogándome en la lluvia.


No puedo expresar el profundo dolor que sentía; conocí los rincones más oscuros de mi propio infierno en vida. Perdí todo motivo para sonreír, perdí toda fe, me daba miedo que saliera el sol, pero me aterraba más la noche. Cuando podía dormir amanecía con la esperanza que todo hubiera sido una amarga pesadilla, una broma muy pesada. Pero no, seguía en este mundo cruel.


Envidiaba a la gente que sonreía, A pesar que vivía junto al mar, no salía de mí cuarto y sufría ataques de ansiedad (me faltaba el aire, el corazón me palpitaba rápidamente, sentía presión en el pecho, vértigo y tenía miedo de perder el control) y de pánico (Transpiraba mucho, sentía náusea, hormigueo, entumecimiento, temblaba y me daba pavor en ese momento) un costal de culpa, remordimiento y auto conmiseración impedían que pudiera levantar la vista, públicamente solo podía ver al suelo.

Compré boleto para un tren desbocado


Como un hombre que ríe bajo la lluvia

Un poco loco, un poco insano

Es más fácil que enfrentarse al dolor

Un tren que nunca volverá

Un tren sin control que me rasga la vida

Yo puedo huir pero nada cambiara.

Cuando ya no tuve otra opción, no podía vivir sin alcohol, pero tampoco podía continuar bebiendo, tuve que pedir ayuda. Por primera vez, a pesar de mi ego derrotado (no sé si fue la divina providencia o la vida escuchó mi llanto) se dieron todas las circunstancias para que AA llegará a mi vida.


En el nuevo trabajo me apoyaron y existía un buen grupo a una cuadra de mi oficina. Ahí me mostraron que había una solución a mi problema, fue un puerto seguro a un barco a punto de naufragar. Esto fue hace 13 años, estuve 5 años en esa maravillosa comunidad que salvo mi vida.


Pero por increíble, insano y loco que parezca, volví a caer en las garras del alcohol y la droga durante 4 años, ya no me daban el servicio que algún dia me dieron, sentía un vacío que no podía llenar con nada, una vez más sentía una enorme culpa, cada vez que perdía el control, por gastarme todo mi sueldo en la caspa del diablo, me fugué geográficamente 4 veces, cambie de trabajo 5 , de casa 9 , pero hasta no tocar fondo de verdad, no entendí.


Me evadí todo lo que pude, caí muy bajo, toque fondo y fue hasta que me vi realmente al espejo y no me gusto lo que vi. Una vez más un acto de la providencia, el cariño de familia y amigos me llevaron a un centro de rehabilitación en Mérida. Ahí tuve que enfrentar mis miedos y mis demonios más profundos. Entendí que la mejor solución era hacerlos mis aliados.


Hoy llevo 4 años y medio limpio, trabajando conmigo mismo, me acepto como alcohólico y drogadicto en recuperación, como bipolar. Ya me perdoné y le agradezco a la vida por estar vivo hoy, no me arrepiento de nada de lo que viví porque todo lo que paso, me hace ser la persona que soy.


Y hoy todos los días me subo al tren de la vida con la misma ilusión, con la misma que tomaba un tren durante mi viaje en Europa. En ese entonces sabia a donde quería ir y en este momento, 32 años después también. El mundo no cambio, cambie yo.

510 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Pesadilla

Comments


bottom of page